La Musica, Alimento del Alma

11 sept 2010

EL SUSURRO ROMÁNTICO DE LA MUERTE

Por Samuel Marín Villa
Mentes surrealistas han dado vida a la existencia de paisajes que demuestran a la vista del alma un recinto acogedor y lleno de placeres donde la realidad y el pesimismo no tienen espacio para existir. Hoy es un día lleno de misterio y existencialismo, hoy es un buen día para dejar por un momento de lado al síntoma intelectual que por naturaleza todo ser humano posee. Así que por un momento dejemos que el alma sea la juez de nuestras percepciones y dictamine que lo etéreo está aquí presente rondando alrededor de nosotros, y que no solo lo que podemos ver es real, si no también todo aquello que se manifiesta sin un poco de existencia.
Bueno, pues nada es tan fácil de explicar, ni siquiera el chapotear del agua después de un aguacero es fácil de explicar, así que para la historia que estoy por contar espero que el lector habrá su mente a la posibilidades, pues lo mundano y lo terreno no es suficiente para comprender lo que estoy por describir. No es mi obligación hacerlo, pero sé que hay dos personas que esperan de mí que lo exprese, ellos dejaron esto en mí y no les pienso fallar.
-Habla don Jacinto-
Mi nombre es Jacinto, la edad ya ha pasado por mi casa dejando un mar repleto de recuerdos y vivencias, los años me han alcanzado después de que tanto les huí. Hace unos días, en el buró de mi recamara encontré un escrito, un escrito muy peculiar, la tinta era extraña e igualmente el papel, pero lo más sorprendente era la historia que ahí se narraba, y hasta el día de hoy no llego a comprender como es que fue escrita y tampoco sé por qué llegó a mí, pero el caso es que me quisieron compartir esa historia con el fin de que yo la expresara mas a detalle. La carta que encontré decía cosas que un ser humano no es capaz de asimilar ni de creer, pero déjenme explicarla a detalle, la carta decía lo siguiente:
-Mi nombre es Stian, hoy no sé si estoy vivo o si estoy muerto, no sé si aun acaricio la existencia o solo formo parte de un recuerdo, pero lo que sí sé es que hoy me encuentro recostado sobre una nube de románticos y sublimes placeres, no hay espacio para dolores ni para penas, ni para preocupaciones, en mi corazón solo habita el exquisito placer de ver ante mi ojos el mundo que nunca alcancé a imaginar. Sin hacer más énfasis en lo que hoy puedo llamar como mi presente, doy procedimiento a describir una anécdota que me conduce hacia todo lo que les acabo de comentar. Si al final de escuchar mi historia hay preguntas acerca de cómo es que les hago llegar este escrito, yo solo les puedo decir que no tengo respuestas, pero estoy seguro que si apagan el intelecto de su mente y abren las puertas de la pasión de su alma verán que no necesitan esa respuesta.
Para ser claro y no dejar flotando los detalles, trataré de explicar bien cada cosa que fue sucediendo, aunque sé que el esfuerzo no es muy grande pues recuerdo bien cada circunstancia que se presento desde aquel día que todo comenzó.
… Era viernes, un clima muy frio, los árboles estaban ahí, afuera, respirando el aire helado que corre por los valles de mi pueblo en esta época del año. Soy sincero, disfruto mucho de este clima, la gente se queda encerrada en casa y es justo lo ideal para poder salir a caminar, despejar por un rato la mente, aprovechar que las personas no contaminan el espacio con sus comentarios fuera de lugar e involucrándose en circunstancias que no les importan. Así que aprovecho la solitaria esencia de las calles frías de este pueblo para salir a apreciar la naturaleza congelada que rodea a nuestra región.
Ese viernes por la mañana me despertaron muy temprano en mi casa porque iríamos de visita a un pueblo que se encuentra a pocos kilómetros de distancia de la región en la que yo habito. Solo tuve tiempo de desayunar pues mi padre ya me estaba esperando en la camioneta con mi mamá, salimos hacia a aquel pueblo que se encontraba más o menos como a una hora y media de camino, según mis padres íbamos para haya porque en aquel pueblo un señor le vendería mercancía que según mi padre necesitaba mucho y que no la había podido encontrar en nuestra ciudad. Llegamos a ese pueblo como a las nueve de la mañana, pero al parecer en eses lugar la gente es muy madrugadora porque ya todos estaban despiertos y en su rostro se refleja el amanecer bañado en la frescura de la esencia que ahí se respiraba. Mi papá lo primero que hizo fue preguntar por la casa de ese tal señor pero le dijeron que él había salido repentinamente de viaje y que había dejado el recado de que lo disculparan por su mala jugada, pero que si queríamos, podíamos usar su casa como hospedaje en  lo que el volvía puesto que solo serian como dieciséis horas las que estaría fuera del pueblo ya que tenía que llevar al doctor a una de sus hermanas, mi padre un poco molesto cuestionó la situación con mi mamá, en su rostro había enojo pero también un poco de satisfacción al saber que después de todo, este podía ser un viaje vacacional, y después de un par de minutos de charla decidieron aceptar la invitación que el señor les había hecho por medio del mensaje.
La señora que nos había dado el mensaje se ofreció para acompañarnos hacia la casa de don Jacinto (pues así se llama el señor que mi padre visitaba) lo cual tanto mi padre como mi madre se lo agradecieron. Mientras caminábamos cada vez más nos adentrábamos en el pueblo, y en cada rincón se respiraba esa frescura que ya antes mencioné y no solo yo me daba cuenta, también mi padre lo notó y se lo hizo saber a la señora con el fin de hacer un cumplido hacia su pueblo, pero la señora al escuchar las palabras de mi padre cambio el tono en su mirada a unos rasgos muy serios que del fondo de sus ojos emanaba un poco de tristeza y nos dijo que aunque el día parecía ser un baño de felicidad sobre los pueblerinos la noche lo cambiaba todo. Yo al escucharla decir eso percibí una extraña reacción en la boca de mi estomago, algo que se pintaba de presentimiento surgió de mi interior por lo que sin pertenecer como partícipe de la charla pregunté el por qué de lo que decía y entonces ella nos conto de una leyenda que corría por el pueblo. Por las calles de este pueblo – dijo la señora- corre la leyenda de que un espíritu, el alma errante de un ser vaga por el pueblo atormentando a las ciudadanos, por lo que desde hace ya unos años, la gente de este pueblo acostumbra a encerrarse y dormir a hora muy temprana del día, y debido a eso es por lo que desde muy temprano ya estaba activos y bien descansados.
Ya estando en la casa de don Jacinto la señora nos ayudo a desempacar y a instalarnos en la casa, al parecer ella la conocía muy bien como si algo tuviera que ver con el señor, pero no le dimos importancia a eso. Cuando estábamos ya instalados y la señora ya se había retirado, mis padres comenzaron a hablar de la historia que la señora les había contado, a mí se me hizo lógico que platicaran de eso pues no era algo que se podría dejar a la ligera, yo quise entrar a la plática con ellos pues dentro de mi había algo que no sabría como explicarlo, reacciones físicas en mi torso dejaban al descubierto sensaciones de preocupación pero al mismo tiempo emocionantes, pero no dejaron que hablara de eso porque según ellos aun no contaba con la madurez suficiente para asimilar de manera seria ese tipo de circunstancias, pero lo que ellos no sabían es que dentro de mí, en mi mente había demasiada experiencia como para tomar aquella historia no de manera seria, sino de manera correcta, pero no quise insistir pues sabía que yo asimilaba mejor las cosas meditándolas para mí solo por lo que mejor decidí recorrer la casa en la que nos encontrábamos, esperando hallar cosas muy interesantes para mi curiosidad.
Yo sabía muy bien que mis padres eran fieles creyente a su religión, a dios, por lo que sabía que tomarían de manera muy estricta las circunstancias, pues en su religión se ha hablado de entes que debido a circunstancias humanas hoy no han encontrado ese camino hacia su dios y por eso se encuentran aquí, en nuestro plano, así que no me extrañaría nada que mis padres tomaran las precauciones adecuadas y se encomendaran de lleno a su dios. Yo, siendo joven de edad ya había decidido apartarme de los dogmas religiosos pero había mucha creencia espiritual en mí, por las mismas razones también le di la seriedad correcta a las circunstancias pero sabía que detrás de la historia que el pueblo contaba se ocultaba una historia mucho más verídica y correcta. Mis padres después de varios minutos de charla fueron en mi búsqueda, yo me hallaba en mi habitación y cuando llegaron conmigo me hablaron de todas las medidas que tomaríamos respecto a nuestra estancia en este hogar. Como me lo supuse, las medidas a tomar era demasiado estrictas, no exageradas, después de todo yo era capaz de comprender sus decisiones. Aunque dentro de mí, las sensaciones seguían presentes y no disminuían, sabía que algo iba a dejar una marca en las vivencias de cada uno de nosotros, lo supe desde cuando mi padre nos dijo que visitaríamos este lugar.
Llegada la tarde, cuando era la hora de la comida, el teléfono de esta casa sonó haciendo un sonido que caló hasta lo más profundo de el alma de cada uno de los presentes, el timbrar de dicho aparato dejaba al descubierto que lo que se había de avisar no eran para nada buenas noticias, pero no sabíamos si contestar o no pues no éramos los residentes de planta de esa habitación, solo visitantes extraños que por circunstancias ajenas nos encontrábamos ahí hospedados, pero mi padre, carcomido por las aguas de la curiosidad, no tardo mucho en cambiar de opinión y contestó el teléfono, estuvo hablando poco rato, pero el suspenso de saber quién era y cuál era el mensaje que tenía que dejar hizo que pareciera como si hubiera pasado un largo rato. En el momento que mi padre colgó el teléfono mi madre rápidamente como si algo en su interior la empujara de manera sobrenatural a hacerlo preguntó a mi padre que quien era y que quería, que fuera claro y preciso, mi padre un poco consternado y con una mirada que expresaba que dentro de su mente estaba asimilando la noticia se quedó un rato callado alimentando de incertidumbre al silencio pero después retomó el aliento y dijo que había sido don Jacinto, que al parecer la enfermedad de su hermana no era algo ligero y que tendría que quedarse más tiempo con ella en el hospital y que le había pedido que por favor se quedaran en la casa todo el tiempo que él estuviera fuera, ya que no quería que se quedara solo el hogar y según mi padre decidió aceptar después de todo lo que la señora ya le había dicho y al parecer a mi madre no le agradó mucho la idea pero acabó aceptándolo, y pues yo creí entonces que vivir fuera de nuestra casa me haría mucho bien, yo lo tomaría como unas vacaciones que servirían para romper la rutina.
Y bien ya tomada la decisión, mi padre viajo a nuestra ciudad por mas ropa y cosas que necesitaríamos y mi madre comenzó a trabajar en la casa  planeando lo que sería nuestra estancia en ese lugar. Mi padre llego de nuevo al pueblo ya cuando estaba a punto de anochecer y nos dijo que toda la gente ya estaba encerrada en su casa a pesar de que era muy temprano, y nos dijo que nosotros haríamos lo mismo. La idea no me gustó demasiado pues en mi pueblo, en estas épocas del año las noches son muy inspiradoras como para quedarse encerrado en casa y el no salir a respirar el aire que corre impregnado de frio y misterio me hacía sentir un poco de mal humor y aburrimiento pero dadas las circunstancias no tuve más que resignarme y dirigirme hacia mi habitación a leer un poco.
Llegado el amanecer al igual que todo el pueblo nosotros ya estábamos más que despiertos y listos para recibir el sol que con paso lento se posaba sobre el cielo iluminando el rincón de cada esquina, evaporando con su manto las marcas de rocío que la noche nos había regalado. Este nuevo día estuvo un poco más entretenido que ayer. Mientras mi madre y mi padre salieron en búsqueda de frutas y verduras para las provisiones yo decidí salir a caminar y conocer un poco mas de los rincones de este pueblo, ver si acaso se podía entablar una conversación interesante con algún habitante de este pueblo. Mientras me adentraba mas en las avenidas de ese pueblo, encontré un pequeño grupo de jóvenes aproximadamente con una edad promedio similar a la mía por lo que lleno de curiosidad me acerqué a ellos tratando de entablar una conversación que nos llevara hacia el conocimiento de cada uno. Las palabras rápidamente comenzaron a fluir y poco a poco me fueron recibiendo dentro de sus costumbres cotidianas, aunque quedaba muy notorio que las mías y las suyas no eran para nada parecidas, mas sin embargo logré adaptarme muy bien a su plática y pronto formaba yo parte ya del grupo que conversaba. Dentro de sus conversaciones de hablaba acerca de un evento nocturno que se realizaría ese mismo día. Al parecer la iglesia de ese lugar organizaba una reunión en la que se presentaría un evento en el cual toda la música popular de ese momento brindaría el margen para un baile que llenaba de emoción a cada joven del lugar.
Regrese a casa pensando en dicho evento, la música contemporánea y el baile no eran cosa que me llamara la atención pero era una oportunidad para salir un poco y dejar que a mi llegara nuevamente el aire nocturno que corre por las calles. Pero sabía que mis padres no estarían muy convencidos de permitirme asistir al evento. Les dije que iría mucha gente, que iba a ser un lugar ambientando por la diversión, que la misma iglesia era la organizadora del evento y que incluso mañana, (día domingo) habría una especie de kermes en el atrio de dicha iglesia lo que sería un fin de semana bastante atractivo para los habitantes de la población que después de todo lo que se hablaba de dicho ente que deambula bien les haría un poco de diversión.  Al final de todo, ellos decidieron aceptar, pues su creencia en dios los hacía pensar que tratándose de su casa, la iglesia, nada malo podría pasar. Y ya con permiso para asistir, dentro de mi habitación, mientras leía y el reloj avanzaba, la sensación en mi estomago se agudizo y me revelaba que esa noche era realmente un evento del tiempo que me dejaría marcado para toda la vida. -Hoy que les cuento esto, no puedo evitar reírme al decir esto, pero regreso a la historia-. Detrás de la preocupación había una sensación de entusiasmo y emoción, ya no podía esperar más para que se llegara la hora de asistir al evento.
Llegada la noche, apenas el sol comenzaba a morirse en el horizonte y las estrellas comenzaban a decorar el manto estelar con su brillo para darle una cordial bienvenida a la luna, yo ya estaba más que listo para asistir a dicho evento. Nada de lo anunciando me llamaba la atención pero había algo dentro de mí que me decía que algo extraordinario iba a ocurrir aquella noche. Así que llegada la hora partí a prisa hacia a el lugar y valla fue mi sorpresa al ver que muy poca gente era la que había asistido aunque aun era temprano por lo que supuse que avanzando los minutos la gente comenzaría a llegar. Como lo había dicho, la gente comenzó a llegar y el local pronto estaba lleno de personas, para mi mala fortuna yo no conocía a nadie, era un visitante nuevo, y debido a idiosincrasias y gustos distintos no tenía la menor idea de cómo proceder por lo que opté por introducir bebidas etílicas a mi organismo con el fin de que el alcohol pudiera funcionar como catalizador para empezar a formar parte del ambiente que dentro del local se manifestaba. Poco a poco fui perdiendo el control del tiempo, no sabía que tanto rato había pasado ni cuanto faltaba por ocurrir. Debido a las causas de ingerir alcohol, mi metabolismo me exigía como un niño malcriado y rebelde las ganas de ir al baño y mientras caminaba yo hacia el baño pude notar que mi caminar era distorsionado por el peso de mi cuerpo, mis piernas no reaccionaban como debía por lo que no había duda de que el alcohol comenzaba a efectuar sus reacciones en mi cuerpo.
Ahora, aquí comienza todo lo que marcó la existencia de mi ser. Al salir del baño un poco aturdido por el alcohol, como si de manera extraña se me hubiera manipulado a hacerlo, alcé la mirada y magnifica belleza lo que pude ver, una joven dama, sentada a distancia, un rayo de luz lunar dentro del salón se manifestó en mi alma como si decoraran la estancia de dicha doncella, inexplicable con palabras simples lo que pude sentir al verla, su piel pálida reflejaba la luz que daba brillo al terciopelo nocturno de la noche, su cabellera negra que descendía como cascada desde lo más alto del espíritu hasta el rincón más exótico del cielo dejaban al descubierto la suavidad de su persona, lastima por el estado en el que me encontraba pero aun así decidí acercarme a ella para conocer la personalidad de la mismísima representante del naufragio nocturno de la belleza.
Mientras me acercaba a ella, una paz en mi interior crecía rápidamente, aunque también percibía yo algo de nostalgia en el ambiente. Ella observó que me acercaba y rápidamente concluyo que era a ella hacia quien yo me dirigía por lo que solo reacciono con una suave sonrisa y espero que yo llegara hasta donde se encontraba ella. En el momento en el que llegue con ella mis palabras comenzaron a fluir de manera tan suave y profunda cual poeta que declama versos a la luz pulcra de la luna y al parecer todas mis palabras daban en el blanco cuales flechas impregnadas de romanticismo pues la joven se entusiasmaba cada vez y la conversación se entablaba cada vez mas de manera más profunda por lo que decidimos salir a un lugar donde el sonido fuerte de la música no ahogara nuestras palabras. Ya estando fuera, cubiertos por el manto estelar nocturno comenzamos a expresar el sentir de cada quien, y entre mas platicábamos mas no entendíamos mutuamente por lo que reacciones tan sublimes recorrían todo mi cuerpo estremeciéndome cada una de las fibras de mi alma y sabía que lo mismo pasaba con ella. Su nombre era Sabine y el pronunciarlo se entonaba dentro de mi ser como una dulce y amalgamada de colores sinfonía, aunque la nostalgia que comencé a sentir cuando me acerque a ella aun estaba presente contrastando mi alegría pero quien sería capaz sino ella de hacer experimentar todo tipo de reacciones en mi ser.
Pronto el cielo comenzó a clarearse dejando al descubierto el dormir de los arboles que con somnolientos movimientos comenzaban a anunciar el amanecer de un nuevo día por lo que ella me pidió la dejara partir a su casa pues el amanecer había llegado y no contaba con el permiso para estar más tiempo fuera, y yo, de igual manera tenía que partir hacia el hogar donde nos encontrábamos hospedados pues no quería problemas con mis padres, así que nos despedimos con pocas palabras pero ambos sabíamos que el uno había dejando un marca grata en el otro por lo que un nuevo encuentro era inevitable. Camino a casa el camino se hizo corto pues en ningún momento salió de mi mente la imagen de Sabine, se tatuó en mi cabeza con la tinta de la noche acobijando cada uno de mis pensamientos. Llegando a casa un sueño inmenso me atrapó y caí rápidamente en mi cama completamente dormido.
Un nuevo día, aunque por el tiempo en que dormir el atardecer ya nos saludaba con su llegada, pero todas las cosas extraña que uno no puede imaginar comenzaron a suceder. Me levante y me dirigí hacia la sala donde mis padres se encontraban, en sus rostros se refleja coraje y angustia, estaban muy enojados y por la reacción química en mi cuerpo pude suponer que era por mí. Valla manera de faltarnos al respeto –comentó mi padre enfurecido-, te hemos dado la confianza y nos has fallado. Yo no sabía acerca de que hablaba pero algo me decía que los tenía que escuchar. Tu, nuestro hijo único –siguió comentando mi padre- has llegado en completo estado de embriaguez, ni siquiera eras capaz de soportar tu peso, si no ha sido por los jóvenes que te han traído seguramente ahorita estarías en las calles tirado como un perro, no lo puedo creer. Pero no se acerca de que hablan –contesté yo-, yo hace unas horas que acabo de llegar por mi propia cuenta, (aunque aseguraba lo que decía no podía evitar sentir una preocupación inminente por las palabras de mi padre) no sé realmente de que hablan. Tan borracho llegaste anoche –siguió mi padre- que ni siquiera te acuerdas de lo que paso, los jóvenes que te trajeron dicen que ye hallaron dormido dentro del baño del local donde fue el evento, que trataron de despertarte pero el alcohol en tu cuerpo reacciono de manera tan aguda que no acatabas nada y que si no ha sido por uno de los jóvenes con los que platicaste ayer no hubieran podido localizar donde habitabas puesto que nadie te conoce aquí. Yo solo guarde silencio pues después de todo ellos narraban a detalle lo ocurrido, pero en mi mente no cabía la idea de concebir lo que me decía, pues no era eso lo ocurrido, claro que no podía ser cierto pues la imagen de Sabine seguía en mi mente y no podía ni siquiera imaginar que ella solo había sido un sueño pues un sueño no es capaz de recrear semejante belleza. Después de tanto pensar, y al ver que mis padres estaban enfurecidos no tuve opción más que quedarme en mi habitación a reflexionar todo lo ocurrido, pero sabía que en el atrio de la iglesia se encontraba en festejo una kermes en la que las posibilidades de ver a Sabine ahí eran grandes y así saber que ella era real y no un sueño. Mas sin embargo la ira de mis padres no cesaba por lo que ni siquiera trate de asistir a dicho evento.
La noche ya se había hecho presente nuevamente y yo seguía postrado en mi habitación pensado en cada detalle de lo ocurrido. Conmovido por el hambre decidí bajar hacia el comedor donde se hallaban mis padres pero en su rostros pude ver que su ira no había disminuido e incluso parecía que el avanzar de las horas la había agudizado por lo que de manera seria me acerqué esperando que dijeran lo que me tenían que decir. Después de una charla nada amena dejaron al descubierto sus advertencias y castigos, los cuales me llenaron de ira y ahora era yo el enojado. Su castigo había sido mandarme nuevamente hacia mi pueblo y permanecer la mayor parte del tiempo ejerciendo labores que me demostraran lo que realmente era ganarse la vida como para desperdiciarla en diversiones etílicas. El ejercer las labores no me asustaban en nada pero el hecho de marcharme me enfurecía  y me entristecía pues yo quería permanecer más tiempo ahí, en ese pueblo, donde Sabine podría estar fuera esperando a que yo acudiera nuevamente a ella. Pero la ira de mis padres no cedía y al ponerles frente con la mía nada bueno surgió de eso, las cosas comenzaron a empeorar y cada palabra que yo pronunciaba enfurecía mas a mis padres, aunque también los preocupaba por lo que no cambiaron nada de opinión y su última palabra fue esa, mandarme de regreso a mi pueblo.
El coraje se alimentaba de mí ser y se propagaba sobre toda mi alma abrazándola como un niño que temiese perder la protección de su padre. Nada me controlaba, no podía pensar de manera clara la decisión que mis padres habían tomado por lo que decidí salir a caminar a solas, por las avenidas nocturnas del pueblo que en la hora en la que nos encontrábamos ya estaban completamente vacías. Nuevamente era yo testigo de las caricias que el viento frio de la noche hacia de manera apasionada sobre la piel de mi rostro. A pesar de que no tenía el permiso de mis padres para estar fuera a esas horas todos los malos sentimientos en mi mente se despejaban y comenzaba a pensar con más claridad. Pero el problema fue que entre más razonaba lo que mis padres me habían dicho más me abrazaba la melancolía y la tristeza de pensar que el partir hacia mi pueblo reduciría a nada mis posibilidades de volver a ver a Sabine. Mientras tanto, mientras pensaba en cada suceso de lo ocurrido me dirigí hacia el parque del pueblo y me senté justo en la misma banca en la que había yo platicado un día antes con Sabine, la mujer que hoy no se escapaba ni un momento de mi mente, y ahí me quede un buen rato, respirando el aire nocturno y buscando la manera de que los pensamientos que trataban de intuir el futuro no me torturaran mas, cuando de repente, sentí una presencia extraña detrás de mí, como si alguien tratara de asecharme por lo que decidí quedarme quieto y en silencio mientras mi mente divagaba buscando las posibilidades de quien se pudiera tratar. Pasando los segundos inhalé profundamente y volteé la mirada para ver de quien se tratara y valla sorpresa me lleve cuando vi que se trataba del ángel más bello que un día antes mis ojos habían podido divisar, así que mi cuerpo quedo estupefacto y de momento no sabía cómo reaccionar pues al verla su imagen había penetrado hasta lo más profundo de mi alma dejando a flote en la reacción de mi piel el sentimiento que nacía dentro de mi dirigido hacia ella.
No temas –fueron las palabras que ella expresó tratando de calmarme-, lo último que yo quisiera seria causarte temor, incluso me hace sentir mal que tu reacción fuera esa, temor. No temo –contesté- pero me ha sorprendido mucho que justo en el momento que pensaba en ti te apareciste, como si de alguna manera te hubiera yo invocado. No mientas –dijo ella sonriente- puedo ver en tus ojos que todo el tiempo has pensado en mi por lo que no creo que sea correcto que hables de momentos cuando ha sido todo el tiempo el que decora mi imagen en tu mente. Sus palabras cayeron como flechas impregnadas de romance en el aura de mi corazón. Tengo que ser sincero contigo –le dije serenamente-, tienes toda la razón, no he dejado de pensar en ti, tus ojos están en el centro de mi mente diciéndome que tu eres la mujer más especial que he hallado a pesar de mi joven edad, pero no me importa nada más que tu y quiero que sepas que quiero pasar más tiempo contigo, quiero recorrer los jardines del amor tomado de tu mano y juntos acariciar el aura de lo divino con las sublimes y etéreos placeres de un beso. Valla forma directa de decirlo –contestó ella un poco sonrojada- pero debo de aceptar que yo también siento lo mismo,  yo también quiero que seas tú la persona con la que divague por la vida, contigo quiero respirar el aroma de las rosas que decoran el jardín que ya tu mencionaste mi querido poeta. El silencio se hizo presente mientras ambos nos declamábamos poesía pura con los ojos que se humectaban de lágrimas, lágrimas de felicidad, de repente, ella interrumpió el silencio con un comentario abarcando el tema del que yo ya ni siquiera me acordaba. ¿Qué piensas acerca del ente que ronda según la gente las avenidas nocturnas de este pueblo? –Preguntó ella con un poco de sigilo en su mirada-. Pues cuando escuche por primera vez acerca de ello –contesté- me impacto de manera extraña, las reacciones químicas en mi cuerpo rápidamente se engalanaron con su presencia, como si algo me quisiera decir, pero desde el momento en que te vi jamás volvió a pasar por mi mente el recuerdo de esa historia. Me alegra eso –respondió ella- después de todo parecer ser que solo es alardeo del pueblo pues nadie lo comprueba, pero ahora solo importa lo que pasa entre tú y yo. Hay más problemas –contesté con un poco de melancolía- mañana saldré camino a mi pueblo del cual ya no saldré, algo extraño paso la noche de ayer y mis padres están furiosos, sucesos para mi desconocidos a descargado su ira sobre mí y en pocas palabras parece ser que no podré verte mas, no sé si decirlo, pero lo siento. El silencio volvió a presentarse en nuestro encuentro y en su rostro había una calma muy profunda, extraña para lo que le acaba de decir, y de repente, volvió a romper el silencio con su voz diciendo: No preocupéis por eso, créeme, nada ni nadie puede separarnos ya –un suave toque de soberbia se incrustaba en su mirada-, ahora eres mío y yo soy tuya, eso es en lo que tú debes de pensar, de lo demás yo me encargo. Sus palabras me dieron temor, lo admito, pero el registro de su voz me llenaba de calma y alegrías.
Que pensarían mis padres si lo supieran, no lo sé y no me importa, nada podría arruinar el momento aquel, ella y yo mirándonos fijamente, como si nuestras miradas se unieran en un lazo eterno. De repente, ella volvió a interrumpir el silencio. Solo cierra los ojos –dijo ella con voz apasionada- y deja que el olvido se postre en tu mente dejando solo la silueta de mi voz diciéndote cuanto te quiere que después de esto veras que no podrán separarnos. Y así, toda la noche y el aire nocturno nos rodeaban como queriendo ser testigos de lo que ahí estaba por pasar mientras yo solo deje volar mis pensamientos manteniendo los ojos cerrados como ella me lo había pedido. De repente, sentí sus manos tocar mi rostro y cada vez comencé a sentir más cerca su respiración y de la nada, nuestros labios hicieron contacto en un beso tan sublime y pasional que en ese momento el todo y la nada dejaron de existir, la vida ya la muerte se convirtieron en ilusiones, el viento nos acariciaba como queriendo formar parte también de ese beso, todo tan sublime, no había deidad ni humano capaz de impedir que nuestros corazones se eclipsaran teniendo como nicho de amor aquel manto nocturno cubierto de estrellas que nos acobijaba. De pronto alejo su rostro sin desprender su mirada de mis ojos y en voz tenue y susurrante me dijo: Ahora tengo que irme pero después de este beso tú y yo formamos parte de un solo ser, créeme, muy pronto estaremos juntos por siempre. Y sin dar tregua alguna se levante y comenzó a alejarse mientras yo no podía reaccionar, mi cuerpo y mi alma seguían recostados sobre la nube del placer pero después de un rato regresé a mi casa y apenas llegado a mi habitación caí dormido de manera tan profunda como un niño que duerme en los brazos de su madre. O al menos eso creí yo que pasaba, que dormía…
-Ahora estoy aquí sentando, escribiendo las últimas líneas que describen lo sucedido, pero pongan atención al final pues es aquí donde todo lo difícil de creer comienza.
…Es el día siguiente de aquella noche, en la que ella y yo eclipsamos nuestras almas en el aura celestial de un beso, me desperté un poco aturdido, raras sensaciones se manifestaban en mi cuerpo, una debilidad muy aguda apenas y me dejaba ponerme de pie para ir a hablar con mis padres. Apoyado de la pared bajé hasta la sala donde ellos se encontraba y valla sorpresa al ver a un seño extraño sentado, su rostro manifestaba el caminar del tiempo y en su mirada reflejaba un aura triste y melancólica, tanto que al verlo todo mi cuerpo se estremeció y mi alma por un instante se conectó con la de aquel señor como si un lazo externo nos uniera. Yo camine hasta donde estaban mis padres y vi que los dos lloraban de una manera tan triste y desgarradora que pareciera que la locura los había abrazado fuertemente y se negaran a aceptarla, pero al ver el llanto de mis padres la debilidad de mi cuerpo se agudizó más, tanto que casi caigo al suelo inconsciente pero logre detenerme. Les hable con una voz que apenas y pronunciaba las palabras pero no me oía, y no solo eso, tampoco se habían dado cuenta de que yo estaba ahí. Traté de tocarlos pero entre más me acercaba parecía que ellos se alejaban, todo estaba tan extraño y mi alma saltaba de un lado para otro, la debilidad ahora se acompañaba de una desesperación inmensa, la mirada triste del señor que casi podía asegurar que se trataba de don Jacinto y el llanto desgarrador de mis padres me taladraban la cabeza y mi espíritu, no podía mas, quería salir corriendo y gritando que alguien me explicara lo que pasaba pero nada pasaba, mi cuerpo no me respondía y entonces pensé en Sabine, quería verla, pero en el momento en el que pensé en ella pude ver su rostro en mi cabeza sonriendo y con suaves palabras me dijo: “ya no nos separan, ahora ya solo ven conmigo”. No había explicación alguna pero cuando creí haber tocado el fondo del caos las cosas empeoraron aun más. Un automóvil de facha lúgubre se instalo frente a la puerta de la casa y bajaron un ataúd de la parte trasera y caminaron con él hasta la puerta de la casa, el llanto de mis padres era aun más desgarrador y yo ya estaba al borde de la locura. Cuando entraron y lo colocaron en la sala abriéndolo para develar el cuerpo que ahí yacía fue entonces cuando vi la imagen más espeluznante y escalofriante que nunca antes en mi vida había visto y nunca en mi vida creí que algún día lo vería. El cuerpo que ahí yacía era el mío, era yo quien descansaba en ese ataúd, mi alma derramaba lágrimas de sangre y la desesperación que me envolvía era tan grande que mis gritos acariciaban el cielo mas nadie los oía. Lo último que pude ver fue que en mi cuerpo que yacía en el ataúd irradiaba paz y tranquilidad, y en el rostro se reflejaba el rostro de Sabine sonriente. No sé cómo ni por qué, pero subí nuevamente a mi habitación y un pequeño soplido de serenidad me dijo al oído que escribiera esto, que no preocupara del cómo ni el conque, que solo expresara todo lo ocurrido y que alguien necesitaba de leerlo para poder aliviar un fuerte dolor de su alma…
-Y así es como paso todo lo ocurrido, ahora, con el atardecer en vísperas de la noche, mis padres se dirigen hacia el cementerio para darme la sagrada sepultura que su religión les ha enseñado. Yo, yo no sé qué es lo que ahora va a pasar pero mi alma esta tan desesperada que no puedo seguir mas hablando acerca de… lo siento ya no hay palabras.
-Ahora sigue hablando don Jacinto-
Ahora, aquí sentando, mientras se dirigen hacia el cementerio para darle santa sepultura al pobre Stian, acabo de comprender que fue Sabine, mi nieta, la que hizo todo esto, y se me parte el corazón que el pobre Stian haya sido su víctima pero ahora sé que ella ya descansará en paz.
Sabine era mi nieta, una joven muy hermosa, tal y como la describió el joven Stian en su carta. Ella tuvo la desgracia de enfrentarse a sus padres, mi hijo y su esposa quienes le prohibieron estrictamente olvidarse de todas las cuestiones amorosas de los adolescentes pues ellos la obligaban a tomar los hábitos de monja. Pero ella, con el corazón lleno de amor y pasión se enfrentó a sus padres los cuales no la perdonaron y al golpes la mataron (llanto de don Jacinto muy desgarrador). Yo no pude hacer nada y eso me carcomía el alma día con día pero hoy agradezco que por medio del joven Stian, Sabine me haya dado a conocer que ahora ya está en paz y que nada ni nadie le va a impedir vivir su amor. Lamentablemente tuvo que morir un joven, pero ahora abrazados por la eternidad vivirán felices donde la vida y la muerte son obstáculos ya superados.
Me dirigí hacia la procesión, agradeciéndoles a sus padres que sepultaran a su hijo aquí en mi pueblo y no en el suyo. Mis palabras tocaron de manera equivocada el corazón de sus padres produciendo un poco de molestia pero al final lo comprendieron. Y de manera tan respetuosa les pedí que me dejaran decidir el lugar donde lo sepultaran, y yo me encargaría de todos los gastos del sepelio. Después de hablar un rato aceptaron. No les pude decir nada de lo que sabía pues no lo creerían, pero después de todo, yo les daría este escrito dejándolo a su consideración.
Mientras nos dirigíamos hacia la cripta de mi pequeña nieta Sabine, pues ahí sabía yo que lo teníamos que sepultar, sabía que el joven Stian nos acompañaba. Ten calma Stian –Exclamé-, ya te preocupes mas por lo que ha de pasar de ahora en adelante, tu sabes bien que alguien te espera y con los brazos abiertos te está esperando para darte todo su amor bajo el manto de la eternidad. Y así fue, lo terminamos de sepultar y con dolor en el alma y lágrimas en el rostro  rezamos por su descanso. Todo tan doloroso para los seres que nos quedamos aquí, sufriendo la perdida, pero con una paz en el alma pues sabíamos que ya no habría dolor para el joven Stian.
Ya dirigiéndonos de nuevo hacia la casa, sentí una paz tan celestial en mi alma, como si un pequeño ángel la abrazara con las manos de la divinidad. Y de repente, como si alguien intencionalmente me hicieran voltear y pude ver ahí, sobre la sepultura una luz blanca tan consoladora y en su centro vi a mi nieta y al pequeño joven Stian diciéndome con sus miradas que se amaban y que yo podía seguir viviendo en calma, mi pequeña nieta me había perdonado por no ayudarla y yo había perdonado a mi hijo por su crimen. Con una sonrisa en mi alma me despedí de ellos y en la eternidad ellos se esfumaron. Ahora ya no hay dolores en el alma, pues solo el amor logra lo imposible.

Liberación espiritual… Expresión del Arte

Por: Samuel Marin Villa
¿Quién quisiera sentir el abrazo frio y penetrante de la soledad?, ¿Quién quisiera acobijarse entre las sabanas de la nada, acurrucado en el rincón más polvoso del silencio?, Seguramente no existe persona capaz de soportar esa temible sumisión en la que la nada y el silencio componen una sinfonía que envuelve de soledad cada sentido del cuerpo. Pero pensáis, ¿Qué pasaría si algún día por azares del destino, toda clase de compañía se evapora, se extingue, y lo único que queda alrededor es la noche, las estrellas, la naturaleza, la luna, el silencio y un baile compuesto por el caminar de personas que como si fueran fantasmas se pasea por todos lados sin darse cuenta o sin notar la presencia de su ser? Seguramente ni aunque sean un mar de personas las que estén a su alrededor sentirían su compañía, nadie los miraría, nadie los comprendería. Así que solo quedaría la opción de acobijarse entre las paredes de concreto que enmarcan el perímetro de su habitación, esperando su única esperanza para no sentirse solos, la única doncella surrealista capaz de otorgarles nuevamente ese aliento de compañía que por naturaleza el ser humano necesita, lo único que quedaría por hacer es cerrar los ojos y escuchar aquella voz, aquel canto de misericordia que les tiende la mano para sacarlos de su soledad, solo quedaría dejarse tomar por los brazos de la esquizofrenia.

Personajes
•    Joven: Ser humano de joven edad que padece de esquizofrenia.
•    Nuit Démence: Ente femenino que representa la voz de la demencia.
•    Consumĕre: Ente masculino que representa a la sociedad contemporánea (consumista, convencional y estereotipada).
•    Natur: Ente femenino que representa la personificación de la madre naturaleza.

ACTO I
(Naufragando en la demencia)
Nos encontramos bajo la cobija de una habitación desordenada, una habitación por la cual el tiempo pasó sin dar tregua alguna, donde la nada está presente, aquí, el polvo y las telarañas decoran la soledad que impregnada en el viento acaricia cada rincón demacrado del alma de esta habitación. En una esquina, un joven de escasa edad, con un ropaje maltrecho, un aroma de melancolía y síntomas de depresión mantiene una peculiar conversación con ente de origen desconocido.
  • Joven: (Exaltado), ¿Qué diablos es esto?, ¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer en esta vida?, ¿Por qué estoy aquí?
  • Nuit Démence: ¿Te das cuentas de lo que preguntas?, mírate, no tienes idea alguna de lo que en realidad representa el hecho de vivir y te preguntas que es lo que haces en esta vida, si no sabes ni siquiera lo que es la vida.
  • Joven: ¡Cállate! Te la pasas todo el tiempo  hablando, taladras mis sentidos con el registro tan alto de tu voz, no me dejas solo ni por un momento, y solo haces más difícil poder sobrellevar esta mísera existencia que me ha tocado de por vida.
  • Nuit Démence: Insisto, no hables acerca de la vida, y tampoco de la existencia si realmente no tienes ninguna especie de idea de lo que estos dos términos representan, no estás en condiciones para hacerlo, y en cuanto a mi voz, no se trata de que decida yo callarme o no, sino, de que tú decidas escucharme o no.
  • Joven: Te expresas como si hubiera algo detrás de todo esto, algo que conspira a contra mía, algo que se manifiesta sobre este mundo como un enemigo más a mi existencia.
  • Nuit Démence: Nada está en tu contra mas que tú mismo, todo el daño que nace, todo el daño del que tú hablas no es más que una expresión de tu mente sobre tu cuerpo.
  • Joven: ¡Cállate por favor!, Cada palabra que pronuncias me confunde más, no eres clara al expresarte, solo acomodas las palabras en orden de intelecto pero al final no dices nada.
  • Nuit Démence: (con una risa forzada en el rostro) insisto nuevamente, tú crees o mejor dicho tú has llegado a sentir molestia por mi presencia y por lo que he dicho, pero pregúntale a tu interior, si realmente soy yo una presencia y si realmente has escuchado lo que he dicho. Veras que sorpresa te llevas.
  • Joven: ¿Qué quieres decir, que todo lo que has dicho no son más que oraciones que se nutren de las propias entrañas de mi mente?
  • Nuit Démence: Tratas de manejar el concepto y la idea, y acepto que la acaricias pero no alcanzas a comprenderlo del todo, pues no estás en las condiciones para hacerlo.
  • Joven: Estas aquí conmigo día y noche, no te alejas de mi ni por un instante, ¿De qué se trata?, ¿Acaso eres como una ángel de la guarda para mí?, o quizás sea lo opuesto, creo que tratas de que sea yo el que te proteja a ti.
  • Nuit Démence: Jajajaja, Por favor, yo no corro ningún riesgo, y en caso de que tu lo corrieras no tengo ni la más mínima intención de protegerte, pero dime, ¿Estás seguro de que realmente estoy yo aquí contigo?, ¿Cómo podrías tu asegurar mi presencia, y peor aún, cómo interpretas las oraciones que escuchas salir de mi?
  • Joven: ¿Pero de que hablas?, puedo oírte, te observo como caminas a paso lento alrededor de mi estancia, puedo apreciar tus gestos, que mas quieres de prueba, ó lo que me intriga, ¿por qué me preguntas eso?
  • Nuit Démence: Lo hago porque se manifiesta en mí la curiosidad al oírte hablar, expresándote como si todo lo tuvieras en las manos, como si todo lo que ves fuera todo lo que existe, pero las cosas son más complicadas déjame decirte, la realidad es otra, algo que tú no has comprendido y quizás por eso estas en ese estado.
  • Joven: Pero de qué diablos estás hablando, porque si recordamos, no sé ni quién eres, solo sé que estas aquí conmigo pero no sé quién eres, y ni siquiera recuerdo el momento en el que llegaste, por eso me desespero, por eso no se qué diablos hago aquí, lo que hay a mi alrededor no tiene ninguna explicación coherente.
  • Nuit Démence: Es exactamente eso de lo que te hablo. Durante todos estos años, tú y todas las personas han querido siempre dar explicaciones a todo lo que ven y dejan a un lado, en lo inexistente, lo que no ven, pero el tiempo se los cobra caro, nada más mírate a ti.
  • Joven: (con tristeza y desesperación) ¿pero qué es lo que me pasa a mí?, ¿qué es lo que dices?, comienzas a asustarme y lo peor de todo es que cada vez me siento más envuelto dentro de esta desesperación e impotencia de no poderme dar una explicación a mi mismo de que es lo que está ocurriendo.
  • Nuit Démence: (con un suave gesto de inspiración), Mira, no todo en esta vida necesita de explicaciones, ese ha sido un gran error entre la humanidad, y cada reacción que yo ocasione en ti no es más que, como ya te lo dije, una expresión de tu mente sobre tu cuerpo.
  • Joven: Pero es que escúchate, solo me confundes mas con tus versos, mi cuerpo tiembla, tengo frio, y tu voz cada que hablas me taladra la cabeza al grado de agudizar mas este dolor. Dime quien eres y por favor ya desparece de mi vista.
  • Nuit Démence: ya te lo he dicho, no pidas explicación a todo, tuviste que haber solo vivido la vida y dejarte de preocupar por explicar el por qué de cada cosa. Y ya te he dicho quien soy, no con la oración correcta pero ya te lo he dicho, soy solo una expresión de tu mente sobre tu cuerpo, eso es todo.
  • Joven: ¿Qué quieres decir con eso?, ¿que no existes?, ¿acaso solo eres tu una alucinación que se ha manifestado en esta habitación tan demacrada?
  • Nuit Démence: Respondería que si a tu pregunta pues es esa la repuesta, pero no creo que estés en condiciones de asimilarlo, y efectivamente, soy parte de esa habitación demacrada de la que hablas, pero esa habitación no son estas cuatro paredes, sino tu mente.
  • Joven: (con un rostro de incredibilidad), por favor escúchate, ¿Estás insinuando que la demencia se ha apoderado de mi salud y carcomido cada fibra de mi mente?
  • Nuit Démence: Demencia… esa palabra es poesía pura para mis oídos, me acobija cual nombre de resguardo, me protege y me describe.
  • Joven: (con mucho nerviosismo), No te creo, solo juegas conmigo, aprovechándote de mi salud que en estos últimos meses se ha venido deteriorando, te aprovechas de que la desesperación me abraza. Eso es, solo juegas conmigo.
  • Nuit Démence: No lo veas de ese modo, Pues yo no pienso hacerte daño, es más, yo se que en ti hay preguntas muy importantes a las cuales yo les puedo dar respuesta. Y si no me crees, solo cierra tus ojos, abre tu alma y dime si realmente estoy aquí.
  • Joven: (Con la piel helada y temblando): Esto es muy complicado, mi cabeza está por estallar, mi corazón se acelera, y en verdad, cierro los ojos y no siento tu presencia, y tu imagen cada vez se torna más bizarra. Mi vista se nubla, creo que estoy muriendo.
  • Nuit Démence: No hables de la muerte, pero al final es un proceso por el cual todo ser humano debe pasar, y yo no sé decirte que tan cerca o que tan lejos pueda estar la muerte de ti, pero si puedo expresarte la idea de que no os preocupéis por eso.
  • Joven: (incrédulo aun), No, esto no está pasando, debe ser solo un sueño, no es posible que tu, esa mujer sombría con la que he estado platicando solo sea una imagen recreada en mi mente contra mi voluntad, y que al final de todo, tus palabras solo son palabras mías, que mi mente me está dictando, no esto no es cierto, no, no puede pasar.
De repente, el joven se altera demasiado, comienza a temblar más de lo normal, pareciera como si se estuviera convulsionando, su mirada esta ida, pero de la nada, se levanta se dirige lentamente hacia la puerta, la abre, y con un suspiro en el tiempo sale corriendo con las fuerzas que aún le quedan mientras el ente desconocido personificado como una mujer solo lo observa, con una mirada que expresa compasión pero a la vez se mantiene serena, muy fría, solo observando el correr del joven.
ACTO II
(Una Sociedad Convencional, estereotipada y consumista)
El joven corre, corre lejos de la habitación llena de polvo en la que se encontraba, trata de alejar, dejar atrás todo lo ocurrido, trata de dejar atrás incluso hasta su vida. Sigue corriendo y se adentra en las calles de una ciudad, una ciudad circulada por un mar de gente, pero hay algo raro en esa gente, cada persona camina cual ente hipnotizado. No hay duda, en sus mentes solo se concibe la idea de consumir, de consumir lo que la sociedad, ellos mismos, han establecido como correcto. Una sociedad convencional y consumista. Todos caminan por las calles sin darse cuenta del joven que todo maltrecho camina junto a ellos. De repente una persona, un señor con elegante vestimenta, representante de esta sociedad convencional y consumista se postra frente a él y comienza a conversar.
  • Consumĕre: (Risueño) Estimado joven, venga usted con migo, yo le puedo ayudar a solucionar cada uno de sus problemas.
  • Joven: (Sorprendido) Y usted que sabe de mis problemas, ni si quiera creo que usted sepa realmente lo que es un problema.
  • Consumĕre: Créame joven, yo le puedo ayudar, no se haga del rogar, hoy en día la humanidad solo tiene un problema, la necesidad de dinero para gastar y estar al margen de lo contemporáneo.
  • Joven: A mí no me interesa nada de lo que usted pueda llegar a ofrecer en estos momentos, usted no tiene idea de lo que realmente me está pasando.
  • Consumĕre: Estimado Joven, le insisto venga con migo y créame que todos sus problemas desaparecerán. Podemos cambiar esa ropa maltrecha que trae por lo mejor, por el último grito de la moda.
  • Joven: (un tono molesto) Cállese por favor, no estoy para este tipo de conversaciones, usted realmente no tiene nada que ofrecer, nada que dar para poder cambiar el estatus social y de salud en el que yo me encuentro.
  • Consumĕre: Por favor joven, seamos sinceros con nosotros mismos, hoy en día, las personas solo piensan en gastar, en estar dentro del estamento convenido, y yo se que usted también lo desea, y yo puedo llevarlos hasta las cumbres de dicho estamento.
  • Joven: Hmm, no puedo digerir lo que está pasando, nada fluye con normalidad, todo es tan cambiante, y la gente de la que usted habla, sinceramente no recuerdo si alguna vez fui parte de ellos.
  • Consumĕre: Usted no se preocupe más, yo tengo la solución para que usted llegue a los estándares más importantes de esta sociedad, solo confíe en mi y puedo hacer que su vida sea algo grato de vivir.
  • Joven: (consternado) Si realmente quiere ayudarme puede empezar diciéndome que es en si la vida, que es ese pequeño instante del tiempo en el que nosotros nos manifestamos por medio de existencia.
  • Consumĕre: Usted no se preocupe por eso, la vida esta y ya, eso es todo, mejor piense de que manera puede hacer su vida más alegre, y yo tengo la respuesta a esa pregunta.
  • Joven: Usted lo único que quiere es hacer mas y mas dinero, lo único que le importa es incrementar mas su economía, pero detrás de todo usted no es más que un consumista más.
  • Consumĕre: (Un tono molesto) No me venga con clases de moral, acepte que usted quiere estar dentro de esa esfera que el ser humano ha llamado sociedad, usted quiere sentirse parte de ellos, y yo lo único que estoy haciendo es ayudarlo a forma parte del medio.
  • Joven: Yo ahora soy testigo de que no estoy en condiciones de asimilar lo que está pasando, pero realmente no reconozco nada de lo que usted me está diciendo, me habla de otro mundo, de otra existencia.
  • Consumĕre: Por favor joven, el mundo gira alrededor de lo convenido, de los estereotipos morales que el ser humano común y corriente con el paso del tiempo ha venido estableciendo, nada camina fuera de ello, y usted quizás no pase por su mejor momento, pero créame, yo lo puedo introducir en el mundo más aclamado de esta sociedad.
  • Joven: No me importa el eje en el que gira la vida, yo lo único que quiero saber es qué es la vida en sí, y por qué me ha tocado esta vida que yo llevo. Si usted me quiere ayudar solo respóndame esa pregunta, es lo único que necesito.
  • Consumĕre: Pierde su tiempo pensando en eso, mejor solo déjese llevar por la corriente social que hoy se manifiesta, porque créame, si sigue por la vida filosofando lo que es la vida solo conocerá la soledad, pues la humanidad de hoy solo viene a este mundo a consumir lo establecido, a formar parte de un todo, y quizás sea ese el destino de usted, y por no seguirlo, vive como vive.
  • Joven: A pesar de todo, a pesar de que ya no confío para nada en lo que ocurre en mi cabeza, debo aceptar que he comprendido el por qué la humanidad se ha dejado arrastrar por ese “todo” del que usted habla. Los estereotipos ya establecidos tienen mucha palabra de convencimiento para esclavizar a la sociedad.
  • Consumĕre: Solo relájese, que su única preocupación sea estar al margen de la sociedad, formar parte de ella, solo deje que la corriente lo lleve de la mano hasta los status más importantes de este medio que es la vida.
  • Joven: (Un tono molesto) ¡No!, es que usted no comprende, yo lo único que quiero para  poder estar bien es que a mi mente llegue la explicación de qué representa la vida, quién nos puso aquí.
  • Consumĕre: Sigue usted con lo mismo joven, ya se lo he dicho, si sigue con eso solo habrá soledad, solo habrá melancolía y desesperación a su alrededor, no hallará nunca la paz.
  • Joven: y que se supone que es la paz, ¿acaso creen ustedes, los pertenecientes al rebaño que lo que los hace desenvolverse es la paz?, ¿acaso creen que pertenecer a un grupo social ya es estar en paz?
  • Consumĕre: Se quiera o no, el hombre necesita siempre formar parte de una sociedad, por eso, con el paso del tiempo la ha venido forjando, ha venido estableciendo lo que le conviene y lo que no, así que el estar dentro de lo ya forjado lo hace estar en paz.
  • Joven: Yo toda mi vida he querido poder contar con alguien, poder escuchar y ayudar a una segunda persona que confíe en mí y de igual manera yo hablar y pedir ayuda a esa persona.
  • Consumĕre: ¡Ahí esta! Ha aceptado que quiere formar parte de las normas que rigen nuestra sociedad, solo es cuestión de que se deje ayudar por mi y pronto será usted uno más de la humanidad.
  • Joven: (con una pequeña risa en el rostro) cállese y ya no me haga reír, realmente me da lástima él como el ser humano no ha luchado por sobresalir y dejar atrás el rebaño, de hecho, ha hecho todo lo contrario, cada vez se hunde mas en el medio con tal de sentirse aceptado.
  • Consumĕre: Pero tan solo mírese usted mismo, usted que de alguna manera por razones que desconozco no sigue la corriente que fluye a través del medio, mírese, ¿a caso me va usted a decir que así es feliz? Claro que no, así que dígame ahora, ¿en verdad no quiere estar dentro de la esfera que envuelve nuestra sociedad?
  • Joven: Yo detesto la soledad que me abraza, y efectivamente, no conozco la felicidad, parece ser que padezco de una enfermedad en mi memoria y en mi razonamiento que me impide digerir el devenir de la vida.
  • Consumĕre: Bien, parece ser que nos hemos entendido, entonces qué, ¿va a dejar que yo lo lance hacia la cumbre de la sociedad?, ¿va a dejarse ayudar por mí para que alcance ese status social que tanto anhela?
  • Joven: Para nada, no es eso lo que quiero, agradecería la ayuda que me ofrece, pero ni siquiera eso siento, agradecimiento, así que le aconsejo que no pierda mas su tiempo y siga su camino, estereotipando al ser humano, robándole la vida.
  • Consumĕre: (con furia en el rostro), pues entonces viva en su soledad, viva en su desgracia, viva en su miseria. Nadie lo apoyará, nadie lo entenderá, vivirá por siempre solo, mientras tanto nosotros, los fieles de lo convenido viviremos siempre juntos los unos para los otros.
  • Joven: No se equivoque señor, como ya lo he dicho, acepto la desgracia que me asecha, acepto la miseria en la que vivo, pero si de algo estoy seguro, es de que ni la peor de las desgracias ni la peor de las miserias son tan desagradables como el ser un borrego mas del rebaño que sigue lo que una bola de inútiles a través del tiempo impusieron.
  • Consumĕre: (Enojado y lleno de ira) Tuviste la oportunidad, ahora la soledad será tu castigo, nadie te comprenderá., créemelo.
Lleno de ira y molestia, el señor, representante de la sociedad estereotipada, convencional y consumista se retira de la escena mientras el joven solo lo mira partir con una mirada escéptica y a la vez compasiva.
ACTO III
(El abrazo de la madre Naturaleza)
El joven aun consternado por el estado de salud que lo asechaba siguió caminando, alejándose de la ciudad en introduciéndose en un lugar un poco extraño, un lugar lejano a lo pensable, a lo habitable. Había paredes, paredes que rodeaban un terreno amplio de zonas verdes, todo estaba en ruinas, no había más que vegetación por todos lados, trepando por cada una de las paredes dejando su marca en ellas. No había duda, era un lugar en el que la naturaleza reclamó al hombre lo que le pertenecía a ella y lo arrastro hasta sacarlo de ahí y recuperar el terreno que era suyo. Entre los pequeños cuartos que aun formaban esas paredes en ruinas se alcanzaba a apreciar la silueta de una dama, piel morena, reluciente como el sol, pureza y paz lo que esta dama irradiaba. Y el joven, consternado e inspirado por esa magia tan pulcra se acerco a ella y dijo.
  • Joven: (Sorprendido) ¿Quién es usted?
  • Natur: (En un estado de elevación) Soy el viento que acaricia tu mirada y lo baña con las lagrimas pulcras de la esperanza.
  • Joven: No se por qué, pero en el momento en el que te vi sentí un abrazo de paz, de calma y tranquilidad, como si todo lo que me asecha se evaporara por un instante.
  • Natur: Quizás sea porque una de las razones de mi existencia es esa, brindarle la paz y el amor al ser humano. Pero no os confíes, pues detrás de toda paz se encuentra una gran tormenta.
  • Joven: Tal vez lo entienda, pero en estos momentos me asecha la demencia, necesito ayuda, y cuanto te vi, todo se curó aunque sea por un momento.
  • Natur: La demencia solo es un abrigo el cual la mente humana busca para escapar de la realidad, solo que el ser humano no es consciente de cuando su mente actúa por sí sola.
  • Joven: (Consternado y desesperado) Pero que hay de esta desesperación que siento, que hay de todo lo que me pasa, ¿por qué me tiene que pasar esto a mi?
  • Natur: Ten calma, las cosas siempre pasan por algo, y el mal que tú crees que tienes al final te reserva un estado de paz totalmente sublime y fuera de toda calma mundana.
  • Joven: Tal vez así sea, pero el dolor que hoy siento, la locura que me abraza, todo esto es algo insoportable para mí.
  • Natur: Lo entiendo, pero mira bien las cosas, pues créeme que la humanidad esta aun más mal de lo que tú crees que estas.
  • Joven: ¿De qué hablas exactamente, qué es lo que quieres decir?
  • Natur: Observa el mundo, mira como se mueve, hoy la humanidad camina solo al paso de una sola corriente, solo pensando en cumplir las expectativas de alguien más y al final solo critican el mismo medio que los envuelve.
  • Joven: Creo que he sido testigo de eso, incluso me han tratado de convencer para ser parte de ellos, y acepto que por un instante fui tentando por las circunstancias que se me ofertaban.
  • Natur: Así es el hombre de hoy, solo quiere que todo gire a su alrededor, cree ser el centro de la existencia y cree que todo es para él, así es como ha destruido gran parte de su propio planeta, destruyéndose el mismo con cada acto que realiza.
  • Joven: Soy un hombre, y sé que esto me hace formar parte de toda esa ola de autodestrucción que ha venido asesinando a la naturaleza.
  • Natur: El ser humano a pesar de todo el mal que se ha hecho, también guarda en su interior la fuerza para hacer el bien, en su interior también reside el amor hacia la naturaleza. Por eso mismo yo sé que no todo ser humano es culpable.
  • Joven: Entonces el ser humano puede salvarse el mismo, de ser así, ¿por qué no lo hace?
  • Natur: El ser humano ha sido envenenado por movimientos mercadotécnicos que lamentablemente el mismo creó, todo hecho a base de resentimiento, tal es el caso de la religión.
  • Joven: (Levemente sorprendido) ¿Pero no es la religión un medio que conduce hacia el perdón de dios, un medio que nos lleva hacia la paz?
  • Natur: Si te das cuenta, la religión solo es un medio creado por el hombre para beneficio de sí mismo, ocupando como escusa el nombre de un dios para que así el resto de la humanidad pueda ser condenado y castigado por no cumplir el capricho de dicho medio.
  • Joven: (Un poco asustado) Tus palabras son clave y hacen eco en mi interior, y a pesar de mi estado, soy testigo visible de todo lo que me has dicho, pero, ¿No serás tú, una alucinación mía?
  • Natur: Estoy dentro de ti, eso es un hecho, pero no soy yo una alucinación, yo soy la naturaleza, soy la lluvia, soy los ríos, el mar, las aves que cantan, los animales que cazan, soy en si el hogar que le fue concedido al ser humano. Y hoy me he postrado aquí, frente a ti, por medio de tu mente que se debilita.
  • Joven: Y ¿Cuál es la función principal por la que te has postrado frente a mí?, ¿Vienes a ayudarme?
  • Natur: Lo que realmente quiero, es mostrarte como el mundo se ha ido degenerando, como el hombre ha venido acabando con todo este hogar que se le ha ofrecido.
  • Joven: ¿Y por que he de ser yo el que te escuche, por qué me elegiste?
  • Natur: Realmente yo no te elegí, tú llegaste solo aquí a mí, de manera inconsciente sabias que estaba yo aquí, pero no, yo no te llame.
  • Joven: (Afligido) No entiendo lo que pasa, cada vez voy perdiendo mas la razón de todo lo que ocurre, ¿por qué, por qué esto a mi?
  • Natur: No os preocupéis, la demencia de la que hablas, esa enfermedad que te carcome tal como tú lo sientes solo es un soplido de esperanza, un conducto hacia la liberación de tu espíritu.
  • Joven: ¿Cuál es esa liberación espiritual de la que tú hablas?, me llenas de paz, pero no quiero vivirla no solo sentirla.
  • Natur: Solo dejan que las cosas fluyan y llegaras a todas tus respuestas. Ama la naturaleza y yo te amare a ti, cuida del hogar que se te ha ofrecido y deja que la brisa del viento acaricie tu alma y el mismo viento te conducirá hacia la liberación ya mencionada.
  • Joven: La siento, siento esa calma, pero dígame, ¿cómo he yo de ayudar a la naturaleza si soy yo solo contra el mundo entero?
  • Natur: No os preocupéis por eso, como ya lo he mencionado, solo déjate llevar por el viento, deja que la paz se penetre en tu alma, no destruyas el planeta, no te destruyas tu mismo, de lo demás, yo me encargo.
  • Joven: Pero dígame, ¿qué he hecho yo para merecer tu perdón?, si es que acaso me estas perdonado a mi del daño que se le ha hecho al planeta.
  • Natur: Como ya te lo he dicho, la demencia de la que hablas, al final solo es un perdón como tú lo llamas, es una alternativa que la vida le regala al hombre. Además de que te negaste a ser tentado por el hombre convencional y consumista que te ofreció de todo para ayudarte.
  • Joven: (estupefacto) No lo entiendo, si la demencia es una esperanza, ¿Qué hay de todo este dolor?
  • Natur: El dolor es el lenguaje del alma, es un sentimiento que hace al ser humano sentirse vivo. Ningún ser humano lo desea, a nadie le es grato, pero si alcanzas a abstraer toda la expresión que hay en él veras que te puedes conectar con tu alma y hacer de ti, alguien mejor.
  • Joven: Es acaso el dolor ¿El precio para poder estar en calma con tu alma?, ¿hay que presenciarlo para poder conectarte con tu alma?
  • Natur: No, nada de eso, cada que sientes dolor es porque tu alma te está hablando, es porque hay algo que tienes saber. No es un precio, es un lenguaje.
  • Joven: Me confunde, ¿Cómo es que algo que no gusta para nada puede ser un lenguaje de manera prodigiosa, pues así lo describes, y no una maldición?
  • Natur: Yo sé que es difícil de entender pues no es algo que lo sientas, para comprender las cosas hay que sentirlas, y sé que el dolor no es algo grato cuando lo presencias, pero tu solo deja que fluya y que este se haga palpable y visible a través del arte, cuando lo veas así, veras que todo lo que te he dicho empezará a tomar coherencia.
  • Joven: Me inspiraras confianza y aunque lo quisiera creo que no puedo dudar de ti, ni siquiera he dudado si en verdad estas aquí o si solo eres parte de mi mente como ya me pasó anteriormente.
  • Natur: Aunque tu mente este saludablemente en mal estado no dejes que tu alma perezca, aliméntala con belleza, aliméntala con la belleza de la naturaleza. Deja que tu corazón camine entre los valles de la sinceridad y del aprecio por tu hogar el planeta, cuídalo, cuídame, pero para eso empieza por cuidarte a ti mismo.
  • Joven: Todo parecer ser una tarea muy difícil, pero estoy de acuerdo en emprenderla, pero no se cuanto me pueda costar.
  • Natur: Deja fluir el tiempo, las cosas, tal vez en tu paso por la vida has conocido la soledad y quizás la seguirás conociendo, quizás en épocas te asustes, pero no dejes de luchar, al final, tu espíritu te lo agradecerá y nada es mejor que eso.
  • Joven: y en este caso, ¿La soledad sí es un precio a pagar?, y de ser así ¿Por qué tiene que ser la soledad con lo que tenemos que pagar?
  • Natur: No es que sea un pago, pues no se trata de eso, pero la misma sociedad así lo estableció. Cuando el ser humano se desprende del rebaño se logra conectar con su alma, pero cuando no se desprende de su rebaño los sentimientos de egoísmo y envidia envenenan su cuerpo y espíritu. Es por eso que la soledad pareciera ser un precio a pagar, pero no es así.
  • Joven: Entiendo, pero mi demencia solo ha sido castigo, no ha sido otra cosa, ¿cómo debo proceder para poder ver las cosas tal como tú me la expresas?
  • Natur: Ya te lo he dicho, deja que las cosas fluyan, y si el dolor del alma es muy intenso, sácalo de ti a través del arte, pues a través del arte puedes sobrellevar la vida, tu existencia, y con el mismo arte alimentaras de belleza tu alma.
  • El sol comenzaba a ocultarse mientras el joven afligido y a la vez conmovido por aquella presencia femenina pensaba bien en lo que esta le había dicho, el silencio estaba presente decorando con su sinfonía la meditación del joven. De repente, la doncella representante de la naturaleza, la misma madre naturaleza personificada toco la frente del joven con su mano y con una mirada de gloria y beatificación lo beso en la frente y le dijo:
  • Natur: Ya no sufras mas, no quiero verte sufrir, sé que mis palabras te han desconcertado pero también sé que te han conmovido, sé que dentro de ti yace una fuerza sorprendente y que dentro de esa efímera demencia que te asecha puedes hacer el bien, puedes cuidar de ti, del mundo y también de mi. El mundo es muy inmenso, pero se trata de que cuides tu mundo, el que te rodea a ti y a nadie más. Al final nos volveremos a encontrar, pero para entonces será tu alma la que venga a mí y podamos existir bajo el manto de la eternidad.
  • Joven: (Con lagrimas en los ojos), No sé qué futuro me espere, pero luchare por todo lo que tú me has dicho y sé muy bien que todo lo que me has dicho al final me conducirá a mis respuestas.
De repente, la doncella comienza a alejarse, se pierde entre la naturaleza que rodeaba esas ruinas en las que se encontraban y la noche se dejaba caer, el manto estelar cubría todo el cielo, y en la cima, la luna llena gobernando su terreno. Mientras tanto, el joven sentía un sueño aletargado en su cuerpo y su conciencia por lo que decidió ir a casa para meditar y descansar.
ACTO IV
(La Vida y la Muerte… Lapsos Fragmentados del tiempo)
El joven, con una suave inspiración de alegría en su alma pero a la vez consternado, cansado y afligido regresa a la habitación de la que había huido. Todo lo que había experimentado en el transcurso del día lo mantenía pensativo; emocionado pero a la vez preocupado, de repente…
  • Nuit Démence: Buenas noches, ¿te divertiste?
  • Joven: (asustado y sorprendido) ¿Tú de nuevo, que demonios estás haciendo aquí nuevamente? ¿Creí que ya habías desaparecido?
  • Nuit Démence: ¿De verdad creíste que me iría?, Veo que no has aprendido mucho después de todo.
  • Joven: Te equivocas, a pesar de que muchas palabras quedaron flotando en mi cabeza, hoy he aprendido demasiado, más de lo que podéis imaginar.
  • Nuit Démence: Yo no imagino, yo no pienso, yo solo expreso a tu inconsciente, solo estoy aquí para decirte lo que tú ya sabes pero tú mismo te ocultas.
  • Joven: Vuelves nuevamente con lo mismo, ya veo, las cosas no cambian para nada en ti ¿verdad?
  • Nuit Démence: (suave risa) Valla, valla, deberías pensar más lo que dices pues deberías de oír lo estúpido que te oyes.
  • Joven: (un poco enojado), No me insultes, la verdad desearía que desaparecieras, por un momento llegué a pensar que me había curado de ti.
  • Nuit Démence: Hoy has sido bendecido por el aura de la sabiduría, hoy mucha información llegó a las puertas de tu alma, pero eso no quita el hecho de que con tus comentarios te oigas inútil.
  • Joven: Sigues insultándome, hoy me hicieron ver que la demencia es una alternativa, que debería apreciarla en vez de sentirme mal, pero tú qué dices ser la demencia solo dejas al descubierto que las cosas son totalmente diferentes a como me las hicieron ver el día de hoy.
  • Nuit Démence: efectivamente la demencia es una alternativa otorgada al ser humano para gozar en vida de la liberación espiritual, acariciarla aunque sea por un instante. Pero yo, yo no soy la demencia, yo solo soy un ente que tú misma mente ha forjado, soy la representación de ella, no la demencia.
  • Joven: Nuevamente siento ese dolor en mi cabeza que me hace sentir ganas de salir corriendo y lanzarme hacia el abismo. Tú provocas todo eso.
  • Nuit Démence: Dejemos a un lado los lamentos y déjame ir directo al grano, después de esto, quizás te liberes de esa carga que has tenido encima de ti estos últimos años.
  • Joven: (asustado y nervioso) ¿A qué te refieres con eso, qué es lo que quieres decir? trata de ser más clara por favor.
  • Nuit Démence: (Risa) Pero nada más mírate como te pones. Creo que sabes muy bien de lo que hablo, pues si no lo supieras no hubiera erigido esa reacción de tu interior.
  • Joven: (el nervio aumenta) Por favor, no juegues con migo y sea lo que sea que tengas que decir por favor dilo, no me hagas esto.
  • Nuit Démence: Ya te he dicho que yo solo soy un reflejo de tu mente, todo lo que creas que yo hago no es más que tu inconsciente, y todo lo que yo te tenga que decir en realidad ya lo sabes.
  • Joven: (Desesperado) ¡Cállate ya con eso por favor!, y dime que es a lo que te referías con eso de quitarme la carga que estos últimos años he llevado sobre mi espalda, que me liberaré es lo que dices, pero de que se trata por favor, dímelo.
  • Nuit Démence: (silencio… Risa) Solo piensa profundamente en todo lo que has vivido el día de hoy, piensa a fondo en cada palabra que hoy llego a tus oídos bañada en información.
  • Joven: Hoy he aprendido mucho, aprendí el cómo se desenvuelve la sociedad el día de hoy, aprendí que nuestro planeta de degenera y que nosotros podemos colaborar para que eso no suceda, e incluso aprendí que la demencia es una alternativa de categoría casi sublime que se le otorga al hombre para apreciar la liberación espiritual en vida.
  • Nuit Démence: Efectivamente, eso fue todo lo que aprendiste hoy a grandes rasgos, aunque la información que hoy recibiste es mucho más amplia que lo que me acabas de decir.
  • Joven: (interrumpiéndola) Como tú lo dijiste hace un rato, ve directamente al grano, o qué, ¿solo es eso lo que me querías hacer ver, que pensara en todo lo sucedido hoy?, lo dudo, sé que hay algo más.
  • Nuit Démence: (un poco molesta) Si, si hay más pero me interrumpiste antes de que terminara, así que guarda silencio y escucha. Hay un pequeño detalle del que no estás consciente, así que vamos, piensa más profundo aun en lo que paso hoy.
  • Joven: (desesperado, en voz alta) Ya te lo dije, te acabo de decir todo lo que viví hoy, el señor que me ofrecía ayuda a través de su convencimiento social y la joven que me hablo acerca de la naturaleza.
  • Nuit Démence: (molesta) Te equivocas, no estás consciente de todo, o qué, ¿no recuerdas que cuando saliste de aquí corriendo ya habías mantenido una conversación con migo, o en otras palabras, ya habías platicado en la demencia con tu inconsciente?
  • Joven: Si, si recuerdo eso, pero solo fueron momentos en los que la sabana de las desesperación me acobijo completamente y es por eso que prefiero no recordarlo, pues después de eso me alegraron el día con la visión de una doncella natura.
  • Nuit Démence: Ahora resulta que tienes miedo, pero detrás de esa alegría que se alimenta con las visiones hoy manifestadas ante ti se encuentra una carga que es la que te ha puesto así, o qué, ¿ya de te olvido?
  • Joven: (un poco asustado) Me confundes, no sé de que hablas pero siento que tienes razón, hay una sensación de nerviosismo y miedo dentro de mí, lo acepto, pero no estoy en condiciones de meditar o razonar en que es lo que pasa, por favor ayúdame.
De repente la mirada en el ente femenino de la habitación cambia repentinamente, en su mirada se torna un suave matiz de melancolía pero con mucha decisión para ayudar al joven.
  • Nuit Démence: Todo tu mal radica en la obsesión por querer dar explicación a todo lo que te rodea y a todo lo que se ha venido postrando a tu frente día con día a través de los años. ¿Ahora lo recuerdas?
  • Joven: Si, recuerdo más a detalle esa conversación que tuvimos, pero aun me confunde, pues ya no tengo conocimiento de lo que en sí ha sido mi vida.
  • Nuit Démence: Es esa la fuente que nutre tu frustración, desperdiciaste tu vida tratándola de explicar pero tu tendencia humana te impidió lograrlo.
  • Joven: Pero… no es fácil, porque ni siquiera me daba cuenta de lo que hacía, todo ocurría de manera natural, como si fuera mi naturaleza el querer explicarme la vida que cuando lo hacía no lo notaba de manera profunda.
  • Nuit Démence: Entiendo, es esa o mejor dicho, esa ha sido siempre la tendencia del hombre, y no se puede culpar a la humanidad por eso, pues pensar es una de sus virtudes y quererse explicar el fenómeno de la vida es algo lógico.
  • Joven: De ser así, ¿Por qué me ha ocasionado tanto mal?
  • Nuit Démence: No es tan malo como tú crees, pues recuerda lo que te dijo la joven representante de la naturaleza, la demencia que ha sido tu castigo no es otra cosa más que una alternativa para quizás poder llegar a esa respuesta.
  • Joven: Tal vez tengas razón, tú y la joven Natur, pero ¿Por qué solo a mí me ha pasado eso, por qué a la demás humanidad no nada en el mar de la demencia?
  • Nuit Démence: Entiendo tu pregunta, y la razón es porque a diferencia de ti, cuando ellos, la demás humanidad sentía que no alcanzaba la respuesta opto por una salida muy fácil que los arrincono hacia el olvido de esa pregunta.
  • Joven: ¿Entonces ellos ya no se preguntan o mejor dicho, ellos ya no tratan de explicarse el por qué de la vida?
  • Nuit Démence: Digamos que la han ocultado tras una respuesta que ellos por medio de autoridades han impuesto sobre ellos mismo, la sociedad mundial.
  • Joven: Entiendo, eso quiere decir que la salida que ellos encontraron para olvidarse de esa pregunta fue inventarse la respuesta.
  • Nuit Démence: Exacto, eso es lo que toda la sociedad hizo desde ya hace mucho tiempo y que hoy en día sigue vigente, no con la fuerza anterior pero si vigente.
  • Joven: Creo que entiendo el por qué, pero ¿Cuál es esa respuesta que han establecido para poder satisfacer su necesidad natural de seres pensantes?
  • Nuit Démence: Inventaron el nombre de un dios, o mejor dicho, ocuparon el nombre de un dios para satisfacer esa necesidad de la que hablas, pero las cosas son aun más serias.
  • Joven: ¿Qué quieres decir con eso?
  • Nuit Démence: Ellos no solo ocuparon el nombre de ese dios para satisfacer su pregunta, sino que además vieron que podían someter a toda la sociedad ante una autoridad, pero fue tan preciso el movimiento que la sociedad  cayó en sus redes seducida por los estamentos de su moral. Pero creo que de eso ya te diste cuenta cuando se postro ante ti el representante de dicha sociedad.
  • Joven: Si, si fui testigo del desenvolvimiento social actual, es como un lavado de cerebro permitido en todo el mundo. Pero regresando ¿cómo podre yo satisfacer mis preguntas si mi demencia me hace inmune a dicho sometimiento?
  • Nuit Démence: Lo que pasa es que no te has dado cuenta, de que en realidad no necesitas contestarte esa pregunta, no es necesario saber que es la vida o que es lo que esta representa. Eso es lo que tu mente debe de grabarse bien.
  • Joven: Te entiendo, pero no sé cómo hacerlo, no sé cómo olvidarme de dicha pregunta.
  • Nuit Démence: Esa es la bendición de tu demencia, solo escucha tu corazón y veras que cuando menos te lo esperes solo te dedicaras a vivir la vida sin tenerla que explicar.
  • Joven: (aliviado) Yo siento en mi interior una grata sensación, como un presentimiento, como que algo bueno esta por pasar, pero disfrutando de la vida, ¿crees que la pregunta de qué representa la muerte nunca me aceche?
  • Nuit Démence: No tengo la respuesta exacta, pues solo soy la expresión misma de tu ser, pero recuerda a la joven Natur, lucha por tu liberación espiritual, trata de alcanzarla, con tu demencia sin darte cuenta la has acariciado, pero ahora trata de vivirla y quizás eso te responda tus dudas acerca de la muerte.
  • Joven: Creo que ahora empiezo a entender cada cosa que me ha pasado y se que cada una de ellas me ha dejado mucha sabiduría.
  • Todo se aclaraba, el mar de la sabiduría ahogaba en conocimiento la mente del joven. De la nada, el ente femenino se acerco al joven lo miro fijamente a los ojos, y en susurro le dijo al oído:
  • Nuit Démence: Exacto, solo una última cosa quiero que recuerdes, “La vida y la muerte son solo pequeños lapsos fragmentados del tiempo con los que el espíritu se divierte.
  • Joven: Pero entonces…
El silencio se hizo presente, el joven sabía lo que ella quería decir y así se quedo el silencio navegando e impregnándose en cada pared de la habitación, tanto la habitación terrena como la habitación que la mente del joven representa. Y así es, la vida y la muerte… Bueno, una lucha por la liberación espiritual es lo que el alma a través de su expresión, el arte va implementando día con día y al final, abrazada por la demencia, cada paisaje surrealista e imaginario se hace palpable aunque sea por un instante.

FIN


Los Sueños de un Humano.. La Tentación de un Dios (Obra de Teatro)

Por: Samuel Marin Villa
Un pequeño suspiro de ilusiones en el que los sueños de un poeta se acobijan con la imagen de una escena bañada en los manantiales celestes que nutren la tentación de un Dios.

ACTO I
(Un sentimiento erótico profesado al descubierto)
Nos encontramos en la zona norte de Israel, no ha pasado mucho tiempo de que la era cristiana ha comenzado, ahora los años caminan de manera ascendente y el viento se nutre de una nueva era. Dentro de una pequeño choza se encuentra una mujer de belleza notoria, acariciando su cabello mientras un joven se acerca y comienzan a platicar.
  • Judas Iscariote: ¿Qué haces ahí?, pareciera que un suspiro de divinidad ha acariciado tu alma y te colma de felicidad.
  • María Magdalena: (extasiada) Así es, los vientos de hoy en día acarician la piel de mi alma conduciéndome hacia cielos de placer.
  • Judas Iscariote: Entiendo, y detrás de esas nubes que acarician tu alma, ¿nada tiene que ver la presencia de Jesús de Nazaret?
  • María Magdalena: (sonrojada) No dejas escapar nada, creo que de todos los que seguimos a nuestro pastor, has de ser de los más listos.
  • Judas Iscariote: Pero de que me sirve ser una persona lista si el que te hace naufragar en los placeres a ti es Jesús y no yo.
  • María Magdalena: (sonrojada aun mas) pero de que hablas, tu y yo solo formamos parte del rebaño que Jesús nuestro pastor nos ha de guiar a ambos hacia ya dicha felicidad.
  • Judas Iscariote: Detrás de sus doctrinas sé que hay algo diferente dirigido hacia a ti, después de todo el es hombre y tu mujer, y con tu belleza lo comprendo.
  • María Magdalena: Tienes razón, yo soy una mujer y el es un hombre al igual que tu, pero para tu mala fortuna, a pesar de que me alaga el oírte hablar de mí, Jesús como hombre para mí está un paso al frente de ti.
  • Judas Iscariote: (un poco ofendido) No tienes que decírmelo, sé muy bien lo que sientes por él y créeme que me cala hasta lo más profundo de mi corazón impregnando de resentimiento mi razón.
  • María Magdalena: Vive tranquilo, aunque no pueda darte lo que quieres para mí también eres un hombre capaz de conducirme hasta los puntos claves de mi excitación.
  • Judas Iscariote: Insisto, de nada me sirve eso, las palabras no son suficientes para acariciar mi alma, prefiero que lo hagas con la suavidad de tus manos.
  • María Magdalena: Entiendo lo que dices pues no hay síntoma más placentero que el sentir las manos de alguien recorrer todos los senderos más sensibles del cuerpo. Pero como ya te dije, solo Jesús es el único dueño de mi cuerpo y solo él puede hacerme sentir eso.
  • Judas Iscariote: ¿Acaso es una fuerza divina la que se manifiesta sobre tu alma cada que él recorre con sus manos el aura sensual de tu ser?
  • María Magdalena: No lo sé,  pero cada que él se acerca y me toca, mi piel se estremece, mi mirada divaga en el pensamiento del deseo, mi estomago se altera y mi alma se le entrega.
  • Judas Iscariote: Pero él es el mesías, ¿Dónde queda la moral y los valores de la castidad que se han de dispersar sobre el mundo?
  • María Magdalena: Tampoco lo sé, pues con él aquí a mi lado todo el mundo se desvanece en un pequeño gemido de excitación.
  • Judas Iscariote: Juro aquí ante ti sin falacias en mi lenguaje, que daría todo, daría lo que fuera por tan siquiera por un instante ser igual que él y poder recorrer tu alma con el tacto húmedo de mi ser.
  • María Magdalena: Date cuenta de lo que hablas, tu espíritu se está envenenando por la envida, recuerda que fue la envidia la que condujo a Lucifer hasta el rincón más obscuro del infierno.
  • Judas Iscariote: No lo sé, tal vez el infierno más desgarrador e intimidante sea mejor que verte a ti naufragar en los orgasmos espirituales del ser por causa del mesías y no por causa mía.
  • María Magdalena: No hables así, pues el sentimiento del arrepentimiento quizás en un futuro no sea suficiente para ser perdonado por dios.
  • Judas Iscariote: (con tristeza) Podría caminar por los jardines más exóticos del cielo que ni así podría yo tranquilizar a mi alma si por un lado sé que tu estas con él, naufragando en los placeres tanto mundanos como celestes.
  • María Magdalena: (alagada) ¿Cómo podría yo ocasionar toda esa amalgama de sentimientos en el fondo de tu corazón?
  • Judas Iscariote: No solo en el fondo, también flotan tenuemente sobre la superficie de mi corazón que hoy en día solo se nutre de dolores.
  • María Magdalena: En verdad lo siento, pero pues como ya lo dije, Jesús también es un humano como tu pero con un paso al frente.
  • Judas Iscariote: Sus prioridades son solo predicar su doctrina, y tú no formas parte de ella.
  • María Magdalena: Tal vez su doctrina sea lo que más le importa, pero si lo nuestro camina oculto es porque el mundo no está en condiciones de saberlo, jamás comprenderían el hecho de que su mesías, mi mesías, me lleva de la mano hasta el orgasmo de mi alma.
  • Judas Iscariote: Tu solo eres un ser humano igual que yo, formamos parte de su rebaño, él como pastor no tiene tiempo ni manera para inclinarse hacia una oveja en particular.
  • María Magdalena: Tal vez tengas razón, pero es justo su liderazgo lo que me cala hasta los huesos, es su status como pastor el que me estremece la piel del alma, y detrás de esa divinidad que le rodea hay un humano capaz de hacerme sentir en mí lo más mundano.
  • Judas Iscariote: (consternado) No tengo palabras, Cómo podría yo derrocar la imagen del mesías de tu mente y pintar con caricias la mía.
  • María Magdalena: Os recomiendo no vuelvas a pensar en ponerte en su lugar, pues no estás a nivel para hacerlo, acepta tu destino y a nosotros déjanos llevar nuestra historia hasta el clímax mas profundo de la eternidad.
  • Judas Iscariote: Solo escucha…
Judas consternado por lo que escuchaba no pudo continuar hablando, en su corazón se expandía una grieta al ver a magdalena estremecerse de placer por Jesús de Nazaret. Pensó un poco en lo que no termino de decir y partió fuera de la choza. 
ACTO II
(Palabras de una Deidad… Penitencia del olvido)
Caminando en el desierto, a lo lejos, en una roca, judas vio sentado a su mesías, meditando en el silencio acobijado por el sol que se expandía sobre la escena. Con el rostro de magdalena pintado en su corazón se acerco a paso lento y conversó con su mesías.
  • Jesús de Nazaret: (Inspirante) ¿Qué pasáis por tu mente?, tu mirada me dice que no estás a gusto con circunstancias que me envuelven.
  • Judas Iscariote: Usted, el hijo de dios, salvador de nuestro mundo, ¿Por qué no nos dejáis vivir pleno humanos con humanos?
  • Jesús de Nazaret: La plenitud y el buen camino es lo que yo quiero impartir sobre el humano, y como te oí decir, soy el salvador de vuestro mundo.
  • Judas Iscariote: Pero dentro del margen de deidad, no podéis comprender el placer del hombre, no podéis asimilar necesidades humanas.
  • Jesús de Nazaret: ¿Me habláis acerca de la necesidad que en el hombre y la mujer se presenta manifestándose en síntomas de unificación?
  • Judas Iscariote: Así es, es justo el mensaje que le profeso. Usted puede conducir a cualquier humano hasta las nubes del cielo, pero detrás de ello, hay un cielo aquí en el mundo que solo entre humanos podemos acariciar.
  • Jesús de Nazaret: Puedo sentir en tu alma exactamente de lo que me hablas, siento el aura de vuestro mensaje, pero ¿podéis especificar delimitando bien lo que me vanéis a reclamar aquí?
  • Judas Iscariote: No es mi intención reclamarle a usted mi mesías, pero hablo de Magdalena, la mujer que usted conoce mejor que nadie.
  • Jesús de Nazaret: Si he de ser yo quien mejor la conoce, ¿Qué hacéis tú aquí tratando de hablarme acerca de ella?
  • Judas Iscariote: Usted sabe bien lo que ella siente por usted, y usted mismo, detrás de la predicación de su doctrina ha tenido encuentros acobijados por el placer con ella.
  • Jesús de Nazaret: (un tono de molestia) Y dime, ¿Eres acaso tu el indicado para venir a decirme esto, no crees que te has olvidado del estamento divino por el cual mi ser camina?
  • Judas Iscariote: Sé muy bien cuál es el status al que yo pertenezco y al que pertenece usted, pero la mirada de una joven se ha impregnado aquí en mi alma, y se sobrepone a todo dogma establecido.
  • Jesús de Nazaret: No os olvidéis de que no hay nada que se pueda sobreponer sobre el amor a mi padre y de igual manera a mí, no dejéis que un sentimiento mundano se apodere de tu alma.
  • Judas Iscariote: No tengo palabras que decir, pero tampoco hay palabras que me hagan cambiar lo que siento.
  • Jesús de Nazaret: No pierdas el sendero hacia mi padre, no abandones la esperanza del cielo por el sentimiento hacia una mujer.
  • Judas Iscariote: y usted, ¿por qué siendo el mesías, hijo de Dios, se deja llevar por las dulces sensaciones que una mujer expresa en las suaves mantas del placer?
  • Jesús de Nazaret: No comprendes en realidad lo que pasa, ella, Magdalena, ha venido aquí a mí buscando el acobijo de Dios, y yo, solo he impregnado con mi aliento la doctrina de mi padre sobre la piel de su alma y a través de ello, es como ella ha alcanzado el placer de la sublimidad.
  • Judas Iscariote: Con ningún otro discípulo ha hecho lo mismo, solo con ella, de ser solo el aliento de Dios, ¿Por qué lo ocultáis ante los ojos de la humanidad?
  • Jesús de Nazaret: Dentro de la naturaleza de un Dios está la elección de los humanos, es nuestra naturaleza nombrar a un elegido, y el alma de lo divino me ha mostrado que Magdalena, en su papel de humana ha de ser mi elegida sobre el hombre.
  • Judas Iscariote: ¿Es así como la “justicia divina” se propaga sobre el mundo predicando la igualdad entre todos los seres humanos?
  • Jesús de Nazaret: No eres tu alguien que tenga el derecho de cuestionar la palabra de dios, tu papel de humano te impide comprender el proceder divino de la vida. 
  • Judas Iscariote: (con lagrimas en su rostro) En mi mente y en mi corazón he visto a Magdalena gimiendo de placer sobre el manto de lo etéreo, y son mis manos, mi piel la que la conduce hasta punto dicho. Pero al despertar y observarla, veo que es usted quien la conduce hasta ese cielo y no yo.
  • Jesús de Nazaret: Ella ha abandonado el placer terreno y ha buscado el llamado de Dios, tú, oveja de mi rebaño, no eres capaz de cumplir el deseo que magdalena ha profesado.
  • Judas Iscariote: He caído ante la deidad de mi doctrina, ahora el desierto me espera para bañarme con el olvido a mi presencia.
  • Jesús de Nazaret: Solo has caído ante tu mismo y tus deseos mundanos, pero dentro de ti también se propaga la esperanza de Dios, está en ti elegir el sendero correcto y levantarte de tu caída.
  • Judas Iscariote: En los valles cual destino del camino correcto del que usted habla se encuentra ella, gimiendo sobre el viento cada que una palabra pronunciada por usted hace contacto con su piel.
  • Jesús de Nazaret: Si sigues el camino de Dios ni siquiera ella opacará tu tranquilidad y descanso, olvida lo terreno y ve en busca de lo celeste.
  • Judas Iscariote: (llorando) Hoy, aquí ante usted, me pongo de rodillas y pidiendo perdón le digo que caminaré hacia el desierto, caminaré hacia el olvido, pues ni el más celeste de los placeres ocupará el lugar que en lo mundano magdalena era capaz de penetrarme.
  • Jesús de Nazaret: Pues si esa ha de ser tu última palabra, espero que el alma del desierto os sirva como redentor para que la bendición de mi padre llegue a tu corazón y con sus alas levante a tu alma del desierto y lo coloque allá en el cielo.
Con el llanto emanando de su alma, Judas sabía que no tenía nada más que hacer en la escena sentimental de Magdalena, y con la mirada de ella penetrada en su corazón partió hacia el desierto en busca del olvido, en busca de su muerte. Al verlo partir, Jesús de Nazaret alzó la mirada al cielo y pidió a su padre que comprendiera la escena que sobre el mundo se levantaba. Que comprendiera que la palabra de su fe para poder se propagada sobre el mundo había que conocer los placeres mas mundanos, tal como Judas lo había tratado de entender. Y dentro de la choza en la que Magdalena se encontraba, de su voz emanaban versos que en forma de poesía profesaban su sentimiento hacia el mesías, hacia Jesús de Nazaret.
  • María Magdalena: Oh Jesús, llévame hasta al cielo infectado de placer del que tanto me has hablado, acaricia mi piel desnuda con tus versos y así, tomados de la mano exploremos el pecado que tu padre ha impuesto sobre la esencia moral del ser humano. (Susurrando) Hazme tuya en cuerpo y alma para así engendrar sobre la vida la esperanza erótica de nuestro amor.
Y en el centro del desierto, acobijado por el sol y los insectos presentes, el alma de Judas se desvanecía entre los humos flotantes del olvido. En el lago de sus lágrimas solo se reflejaba el rostro excitado de Magdalena, que entre sus alucinaciones, escuchaba como ella le cantaba al oído suaves canciones de melancolía mientras su alma en un último suspiro se evaporaba de la vida.
ACTO III
(Sentimiento del Humano… Tentaciones de Dios)
Entra caminando a paso lento Jesús de Nazaret en la choza donde Magdalena, recostada sobre el suelo, con solo una pequeña bata de seda que dejaba al descubierto su desnudez, acariciaba su cuerpo lentamente mientras en su mirada se reflejaba la escena de un encuentro carnal. Jesús se acerca y dice.
  • Jesús de Nazaret: Tu belleza ha sido pintada con las plumas de los ángeles, bañada en la tinta de mi sangre y divinizada por un soplido de inmortalidad.
  • María Magdalena: Oh! Mi mesías, con su voz usted me hace naufragar sobre el océano de la lascivia mas celeste que se dispersa sobre el mundo.
  • Jesús de Nazaret: Os pido que no te olvides de nada, nunca prives de tu ser el suave susurro de mi voz.
  • María Magdalena: Oh mi señor, usted está siempre aquí con migo, no conozco su ausencia, no podría olvidarme de nada con lo que con usted he vivido.
  • Jesús de Nazaret: Solo recuerda que los ojos de la humanidad no son capaces de comprender lo que entre tú y yo a ocurrido. (Acariciando la mejilla de magdalena) No dejes que esto se termine.
  • María Magdalena: No quiero que esto termine. Llévame contigo a la eternidad del sueño.
En una escena bañada en la excitación, la tentación acobija el alma de Jesús y de magdalena:
  • Jesús de Nazaret: Solo cierra los ojos y déjame una vez más acariciar tu piel desnuda con el aura de mi voz.
  • María Magdalena: (Excitada) Mi cuerpo es suyo, mi alma es suya, condúzcame hacia las nubes del placer con el cálido tacto de sus manos.
  • Jesús de Nazaret: (un suave gemido) Tu piel está tan cálida que el calor de este desierto se queda afuera, avergonzado después de ser vencido.
  • María Magdalena: Usted es quien provoca eso en mí, mi señor, usted con su sola presencia es capaz de estremecer todo mi cuerpo.
  • Jesús de Nazaret: (acariciando su cuerpo) Eres mía en la eternidad, el axiomático síntoma de nuestro amor ha ido más allá de lo establecido por deidades.
  • María Magdalena: Usted es mi dios, y yo soy su sirvienta, con su autoridad solo usted puede hacerme acariciar el cielo con mis propias manos.
  • Jesús de Nazaret: ya solo guarda silencio y deja que sean mis manos la orquesta y tus gemidos la sinfonía que bañados con el erotismo de su música decoren nuestro encuentro.
  • María Magdalena: (Temblando en el placer y abrazado a él) conviérteme en una flor que con sus pétalos pueda acariciar de terciopelo su cuerpo.
  • Jesús de Nazaret: hoy eres una flor que decora el jardín del cielo, el placer y lo divino, por hoy, aquí contigo, se han eclipsado en nuestro amor.
  • María Magdalena: Yo solo soy la flor que usted ha abierto, acariciado mi vientre con su ser y haciéndome morir de placer recostada en las nubes del rincón más exótico del cielo.
  • Jesús de Nazaret: Shhh, (en susurros), solo respira y déjame a mí llevarte hasta la eternidad espiritual, donde los orgasmos de tu alma sean oraciones que bañen a la humanidad con la esperanza.
  • María Magdalena: (gimiendo, respirando. Ella solo acariciaba el cielo). Hágase su Voluntad
Y así, recostados sobre el manto del placer, Jesús de Nazaret y María Magdalena dejaron al descubierto que una deidad, el señor y amo del cielo, también tiene derecho a apreciar los síntomas mundanos más agonizantes del orgasmo, dejando atrás lo impuesto como pecado. “Que lo divino y lo mundano en su presencia se haga de ahora en adelante una sola esencia”.
FIN